EL SUFRIMIENTO ES PARTE DE LA VIDA CRISTIANA

EL SUFRIMIENTO ES PARTE DE LA VIDA CRISTIANA

En 1ª. de Samuel se describe como finalmente Ana tuvo un hijo y a causa de la promesa que hizo, al destetarlo lo llevo al Tabernáculo del Señor para que se quedara ahí para siempre, se lee muy fácil, como si cualquiera de nosotros pudiera hacerlo, pero tienes idea de lo difícil que ha de ver resultado tanto para la madre como para su hijo el llevar a cabo esto.

Imagina que tú tienes un bebé, estás todos los días con él, lo alimentas, lo cuidas, lo abrazas, lo arrullas; pero sabes perfectamente que en unos meses vas a tener que dejarlo en un lugar lejano, en los brazos de alguien prácticamente desconocido, y no podrás verlo ya todos los días sino solamente una vez al año.

¿Qué sentirías?

Ahora imagina que tú eres ese bebé, te has acostumbrado a la voz de tu madre, a sus brazos, a sus caricias; y de repente un día sin más, ya no está esa persona a tu lado, y ahora tu círculo social más cercano son un hombre desconocido y sus dos hijos rebeldes.

¿Llorarías?

Supongo que sí, al igual que tu madre que te extraña; y es qué, servir realmente al Señor no es fácil, en ocasiones es casi imposible el sufrimiento que esto conlleva.

Y es que esas historias de gente que un día se convirtió al cristianismo y todo simplemente se volvió color de rosa, son mentira, la vida cristiana siempre requerirá sacrificio, no permanente, pero si temporal.

Porque a la larga Ana tuvo muchos más hijos a cambio del bebé que dejó, y a la larga también Samuel al hacerse alguien tan importante para la nación israelí, seguro olvido aquellos días tan tristes en los que veía a otros niños con su madre al lado y él se encontraba solo.

Pero de que en su momento sufrieron, sí, y mucho supongo, ni modo, así es la cosa.

Por eso si tú hoy estás sufriendo como cristiano que eres, no te preocupes, ser cristiano cuesta mucho, pero a la larga la recompensa llegará, porque no es posible que después de dar la vida por un Dios que te ama, este simplemente se olvide de todo lo que hiciste y no te dé el premio que tu conducta merece.