LA ASTUCIA LLEVA SIEMPRE ALGO DE ENGAÑO EN SU INTERIOR
LA ASTUCIA LLEVA SIEMPRE ALGO DE ENGAÑO EN SU
INTERIOR
Se dice que un día un pequeño zorro fue acorralado por un tigre, sin saber
que hacer para no morir, lo que se le ocurrió fue decirle que él era el rey de
la selva, obviamente el tigre no le creyó, pero él para convencerlo le dijo que
hicieran la prueba, que fueran por la selva y viera como todos los demás animales
corrían a su paso despavoridos; en parte por curiosidad el tigre aceptó, salió
el zorro caminando imponentemente y detrás de él el enorme tigre, los animales
salían despavoridos corriendo a su paso, lo cual realmente impresionó mucho al
tigre y le salvó la vida.
Supongo ya te habrás dado cuenta que de quién los animales corrían era del
tigre y no del zorro, pero el tigre engañado no se dio cuenta.
Y es que hay situaciones donde hay que ser astuto, lo cual implicará una
mentira, porque de lo contrario simplemente no podrías cumplir el objetivo que
buscas.
¿Pero, no nos han dicho siempre qué Dios odia la mentira, qué pensará entonces
de situaciones como éstas?
Bueno, leamos entonces 2ª. de Reyes 10; ahí Jehú engaña a los servidores de
Baal diciéndoles que va a realizar un gran holocausto en su honor para poder
así reunirlos en un solo lugar, y ya reunidos les da muerte a todos, acabando
así con el culto a este abominable ídolo; a lo que Dios no solo no lo reprende,
sino que le dice que ha hecho lo recto delante de sus ojos.
Y es que, en la práctica, la mentira no siempre es un engaño, a veces
significa astucia, porque muchas grandes batallas no se ganan siendo honestos
sino siendo sagaces, de ahí que Mateo 10:16 diga que debemos ser “astutos como
serpientes y humildes como palomas”.
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