Y QUIÉN ES MI PRÓJIMO

Y QUIÉN ES MI PRÓJIMO

El mundo en el que Jesús nació era un mundo con muchísimas reglas, reglas de todo tipo, que regían cada área de la vida: el vestir, el comer, el viajar, el trabajar, la pareja, los amigos, …

Y de eso precisamente habla la parábola del buen samaritano, porque no sé si alguna vez tú también te has preguntado porque en dicha historia ni el sacerdote ni el levita ayudaron al hombre herido por los ladrones.

¿Será que se creían demasiado importantes para detenerse por algo así?

¿Será que tenían mal corazón y no les importaban los demás?

O ¿Será que tenían prisa y por ello no se detuvieron?

Pues no, no fue por ninguna de esas causas, fue debido a sus propias reglas, ya que en los tiempos bíblicos existía algo que se llamaba impureza ritual, la cual no tiene un concepto equivalente en nuestros días, y hay quienes suelen interpretarla en términos de suciedad o pecado, pero en realidad no es una cuestión ni higiénica ni moral, sino relacionada con el culto.

Eso significa que, si no estás puro ritualmente, simplemente no puedes participar en el culto, y las principales fuentes de impureza son los fluidos y los cadáveres.

Es más, si recuerdas, Sansón comió miel de dentro de un cadáver; lo cual fue una falta muy grave, porqué, pues porque tocó un cadáver, no porque la miel no halla estado limpia, sino porque él como nazareo no podía tocar cadáveres, pues lo hacían impuro ritualmente.

¿Por qué entonces ni el sacerdote ni el levita se detuvieron a auxiliar al hombre?

Pues muy fácil, porque si el hombre hubiera estado muerto, ya no hubieran podido participar del culto, y ese era prácticamente su trabajo, estar en el Templo, de ahí que optaron por pasar de largo; y el samaritano al no tener ese tipo de reglas no tuvo impedimento en ver qué pasaba y ayudar al herido.

Y tú dirás, pero por algo así de simple prefirieron no acercarse, bueno, pues ve entonces nuestras iglesias, que aunque no tenemos un concepto similar, también tenemos nuestras reglas: no te dejan participar del culto si estás comiendo, o por lo menos yo nunca he visto ningún pastor predicar y comer tacos al mismo tiempo, si llevas minifalda no te dejan recoger ni la ofrenda, si llevas un escote pronunciado no puedes cantar en el coro, y ni se diga si es un hombre y entra con zapatos de tacón, ahí si lo andan sacando eh.

Y a eso iba Jesús, a que el amor a tus semejantes debe ser más grande que tus reglas y tus prejuicios. 

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